¿Qué hay que hacer con las calas en invierno?
En invierno, las calas son una planta muy popular debido a sus hermosas flores y su capacidad para agregar color y alegría a cualquier jardín. Sin embargo, muchas personas se preguntan qué deben hacer con sus calas durante esta temporada.
Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta es que las calas son plantas tropicales y no toleran bien las bajas temperaturas. Por lo tanto, es importante protegerlas del frío extremo. Una opción es trasladar las macetas de calas al interior de la casa o a un invernadero durante los meses más fríos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el riego. Durante el invierno, las calas entran en un periodo de inactividad y no requieren la misma cantidad de agua que en otras estaciones. Es recomendable reducir la frecuencia de riego, pero sin dejar que la tierra se seque por completo. Es necesario encontrar un equilibrio para mantener la humedad adecuada.
Además, es importante tener en cuenta la luz. Las calas necesitan recibir luz indirecta y no deben exponerse a la luz solar directa durante largos periodos de tiempo. Se recomienda colocar las calas en un lugar bien iluminado, pero evitando la luz directa del sol.
En cuanto a la poda, las calas suelen perder sus hojas durante el invierno, por lo que no es necesario realizar una poda exhaustiva. Sin embargo, se pueden eliminar las hojas marchitas o aquellas que estén dañadas para mantener la planta saludable.
Finalmente, es importante proteger las calas de las plagas y enfermedades. Durante el invierno, es más común que las plantas sean atacadas por insectos y hongos. Es recomendable revisar periódicamente las hojas y flores en busca de señales de plagas o enfermedades, y actuar de manera preventiva si es necesario.
En resumen, durante el invierno es importante proteger las calas del frío extremo, reducir el riego, proporcionar una adecuada iluminación, realizar una poda mínima y estar atentos a posibles plagas o enfermedades. Siguiendo estos cuidados básicos, las calas podrán sobrevivir el invierno y volver a florecer en la próxima temporada.
¿Cómo cuidar las calas en invierno?
Las calas son plantas pertenecientes a la familia de las araceas. Son unas flores muy hermosas y populares en los jardines, gracias a su elegancia y colorido. Sin embargo, durante el invierno, estas plantas necesitan cuidados especiales para sobrevivir.
El primer paso para cuidar las calas en invierno es prepararlas. Debemos cavar alrededor de la planta con cuidado, tratando de no dañar las raíces. Luego, debemos extraer las calas del suelo y limpiar las hojas y tallos de posibles plagas o hojas secas.
Una vez que las calas están limpias, debemos preparar el lugar donde las guardaremos durante el invierno. Es importante que este lugar esté protegido del frío y de las heladas. Un garaje o un cobertizo son opciones ideales.
Antes de colocar las calas en su nuevo lugar de descanso, debemos preparar el suelo. Es importante que la tierra esté húmeda, pero no encharcada. También podemos añadir abono orgánico para nutrir las plantas durante el invierno.
Una vez que las calas están ubicadas en su nuevo lugar, debemos protegerlas del frío. Podemos cubrir las calas con una manta o un plástico para evitar que las heladas las dañen. Es importante que no asfixiemos a las plantas, por lo que debemos asegurarnos de que haya ventilación en el cubrimiento.
Durante el invierno, las calas necesitan poca agua. Debemos regarlas ligeramente cada dos o tres semanas. Es importante no excedernos en el riego, ya que podría causar el ahogamiento de las raíces.
Finalmente, debemos revisar nuestras calas cada pocos meses durante el invierno. Debemos retirar cualquier hoja o tallo enfermos, así como controlar la presencia de plagas. Esto nos asegurará que nuestras calas se mantengan saludables durante el invierno y florezcan en primavera.
¿Cómo y cuándo podar las calas?
Las calas, también conocidas como lirios de agua o zantedeschias, son plantas bulbosas originarias de Sudáfrica. Son apreciadas por sus preciosas flores en forma de embudo, que pueden ser de colores variados como blanco, amarillo, rosa y naranja.
La poda adecuada de las calas es importante para mantener su salud y promover una floración abundante. La mejor época para podar las calas es en otoño, cuando las hojas se han marchitado y los tallos se han vuelto amarillos. En este momento, las calas están en su período de reposo y es seguro podarlas sin dañar su crecimiento futuro.
Para podar las calas, necesitarás un par de tijeras de jardín limpias y afiladas. Comienza por cortar los tallos marchitos y amarillos lo más cerca posible de la base. Asegúrate de hacer los cortes en ángulo para evitar que el agua se acumule en la herida y cause pudrición.
Si deseas propagar tus calas, también puedes aprovechar la poda para dividir los bulbos. Retira cuidadosamente los bulbos más grandes y separa los pequeños que han crecido a su alrededor. Asegúrate de que cada bulbo tenga raíces y brotes antes de replantarlos en macetas individuales.
Después de la poda, es importante mantener las calas en un lugar fresco y seco durante el invierno. Evita regarlas en exceso para prevenir enfermedades fúngicas. A medida que se acerca la primavera, puedes trasplantar tus calas podadas al jardín o a macetas más grandes, asegurándote de que el suelo esté bien drenado.
Recuerda que las calas son plantas muy sensibles a las heladas, por lo que si vives en una zona con inviernos fríos, puedes proteger tus calas cubriéndolas con una capa de mulch o moviéndolas a un lugar protegido durante los meses más fríos.
En resumen, las calas se deben podar en otoño, eliminando los tallos marchitos y amarillos. Además, puedes aprovechar la poda para dividir los bulbos y propagar la planta. Recuerda mantener las calas en un lugar fresco y seco durante el invierno y trasplantarlas en primavera. ¡Disfruta de las hermosas flores de tus calas bien cuidadas!
¿Cuándo se sacan los bulbos de las calas?
Las calas son unas plantas bulbosas que se caracterizan por sus hermosas flores. Estas flores son muy apreciadas tanto en jardines como en decoración floral debido a su forma y colores llamativos.
Para garantizar que las calas se mantengan saludables y florezcan año tras año, es importante saber cuándo es el momento adecuado para sacar los bulbos y realizar el proceso de almacenamiento y replantación.
En general, se recomienda sacar los bulbos de las calas al finalizar la floración, cuando las hojas comienzan a amarillear. En la mayoría de las regiones, esto suele ocurrir a fines del verano o principios del otoño.
Antes de sacar los bulbos, es importante preparar el suelo donde serán almacenados. Se recomienda cavar un hoyo lo suficientemente profundo y ancho para acomodar todos los bulbos. Además, es recomendable agregar compost o materia orgánica para enriquecer la tierra.
Para sacar los bulbos, hay que excavar cuidadosamente alrededor de la planta madre con una pala o tenedor de jardín. Una vez que los bulbos estén expuestos, deben ser retirados con cuidado de la tierra, evitando dañarlos o romperlos.
Después de sacar los bulbos, es importante limpiarlos y prepararlos para su almacenamiento. Se deben retirar con cuidado los restos de tierra y recortar las raíces y hojas secas. Una vez limpios, los bulbos deben secarse al aire libre durante unos días.
Finalmente, los bulbos pueden ser almacenados en un lugar fresco y seco hasta el momento de la replantación. Se pueden guardar en bolsas de papel o recipientes de plástico perforados para permitir la ventilación.
En resumen, los bulbos de las calas deben ser sacados al finalizar la floración, preparando el suelo y realizando una excavación cuidadosa. Después de sacarlos, deben ser limpiaos, secados y almacenados adecuadamente hasta el momento de la replantación.
¿Cómo cuidar las calas en casa?
Las calas son plantas de interior muy populares debido a sus hermosas flores y su fácil cuidado. Si quieres mantener tus calas sanas y bonitas, aquí te damos algunos consejos para cuidarlas en casa.
Ubicación adecuada: Las calas prefieren un lugar con luz brillante pero indirecta, por lo que debes colocarlas cerca de una ventana pero evitando la luz solar directa. También es importante que la temperatura de la habitación sea constante, alrededor de 18-22 grados Celsius.
Riego moderado: Las calas no requieren mucha agua, por lo que debes regarlas moderadamente y dejar que la capa superior del sustrato se seque entre riegos. Un buen truco para saber cuándo regarlas es introducir un dedo en la tierra: si está seco hasta la mitad, es momento de regarlas.
Drenaje adecuado: Es importante que el tiesto de las calas tenga agujeros de drenaje para evitar que el exceso de agua se acumule y dañe las raíces. Si el tiesto no tiene agujeros, puedes colocar piedras en el fondo para mejorar el drenaje.
Fertilización regular: Las calas necesitan nutrientes adicionales para florecer y crecer adecuadamente. Puedes aplicar un fertilizante líquido balanceado cada 2 semanas durante la primavera y el verano, y reducir la frecuencia durante el invierno.
Poda y limpieza: Retira las flores marchitas y las hojas amarillentas de las calas para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades. También puedes podar las plantas ligeramente después de la floración para darles una forma más compacta y ordenada.
Protección contra plagas: Las calas son propensas a ataques de pulgones y ácaros, por lo que debes vigilar su presencia y actuar rápidamente si los detectas. Puedes utilizar insecticidas naturales o colocar trampas de insectos para controlar las plagas.
En resumen, para cuidar las calas en casa debes proporcionarles una ubicación con luz indirecta, regarlas moderadamente, asegurarte de un buen drenaje, fertilizarlas regularmente, podar y limpiar, y protegerlas contra plagas. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de hermosas calas en tu hogar.